¿Qué privilegios (no) perdió el sindicato de Pemex?
Petróleos Mexicanos y su
representación laboral tienen un año para negociar las condiciones del
contrato. Entretanto, estos son las privilegios que el sindicato sí perdió y
los que conservó.
El poderoso Sindicato de
Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) perdió voz y voto en
el Consejo de Administración de Pemex con la nueva ley de la ahora “empresa
productiva del Estado”, pero a cambio conservó otros privilegios.
Por ejemplo, que la nueva ley de
Pemex no afecte lo que ya está suscrito en el contrato colectivo de trabajo de
la unión sindical y que parte de los pasivos laborales de 1.3 billones de pesos
(bdp), que comprometen buena parte de los ingresos de la paraestatal, sean
asumidos como deuda pública.
Aunque la nueva ley de Pemex no
puede modificar el contrato del sindicato, la empresa y la representación de
sus trabajadores pueden sentarse a negociarlo para que, efectivamente, una
parte de los pasivos laborales sea asumida por el gobierno, siempre y cuando se
logren reducir los pasivos pensionarios. Para alcanzar un acuerdo tienen un año
a partir de que entró en vigor la ley.
“Habrá que sentarse con el
sindicato y ver las condiciones de la industria, las condiciones de la
macroeconomía, las medidas inflacionarias…, todo esto, para llegar a un buen
acuerdo”, dijo Emilio Lozoya, director general de Pemex, en una entrevista
radiofónica a principios de agosto.
Pero mientras eso ocurre, ¿qué
privilegios perdió el sindicato y cuáles mantiene?
Lo que perdió
Desde la reforma constitucional
en materia energética se estableció que el Consejo de Administración de Pemex
pasaría de tener 15 a 10 asientos. Los cinco que se cortaron pertenecían al
sindicato, de modo que el consejo quedará aprobado por el secretario de
Hacienda (SHCP), el titular de la Secretaría de Energía (Sener), tres
consejeros del gobierno federal designados por el Ejecutivo y cinco
independientes que tendrán que ser ratificados por el Senado.
Mucho se ha hablado de las
remuneraciones y prestaciones que recibe parte del personal de Pemex y si se
corresponden con el mercado. De acuerdo con el Artículo 73 de la ley de Pemex,
“las remuneraciones para el personal se calcularán de manera equivalente a las
existentes en la industria o actividad de que se trate, teniendo como criterio
rector que, dadas las condiciones en el mercado laboral nacional e
internacional, las empresas cuenten y conserven a los trabajadores idóneos para
cumplir eficazmente con su objeto, conforme a los tabuladores aprobados”.
Otro punto que también iría en
contra de las prácticas del sindicato y en favor de la transparencia es lo que
expone el Artículo 104, fracción VIII, que dice que deberá publicarse en la
página de Internet de Pemex:
“El contrato colectivo de trabajo
y el reglamento del personal de confianza; los tabuladores aprobados,
desglosando todos los conceptos y montos de las percepciones ordinarias y
extraordinarias; las erogaciones que realicen por concepto de jubilaciones y pensiones,
así como las actualizaciones del costo actuarial de su pasivo laboral; los
préstamos o créditos, así como las tasas aplicables, que en su caso otorguen a
sus trabajadores, jubilados y pensionados; los apoyos para el desempeño de la
función y las demás erogaciones que, en su caso, se otorguen a los
trabajadores, que no forman parte de su remuneración; los montos mensuales
erogados por contrataciones temporales o eventuales; los lineamientos aprobados
por el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos, con base en los cuales
se otorgan y cubren los conceptos descritos en los incisos anteriores, y los
montos erogados en el trimestre que corresponda.”
Lo que mantiene
El Artículo 118 dice que los
trabajadores de Pemex no tendrán derecho a reparto de utilidades, pero sí se
pueden otorgar “cualquier incentivo, compensación, bono, gratificación o
comisión por el desempeño de sus labores”.
Asimismo, la organización
mantendrá injerencia sobre las políticas de recursos humanos, contratación y
capacitación. El Artículo Décimo Séptimo transitorio dice que “Petróleos
Mexicanos, sus organismos subsidiarios y filiales, con la participación de la
representación sindical, establecerán los mecanismos que resulten necesarios
para la debida capacitación de sus recursos humanos”.
Las personas que sean contratadas
por honorarios o servicios profesionales no podrán ganar más que los
trabajadores sindicalizados de Pemex, así lo dice el Artículo 104 de la Ley de
Petróleos Mexicanos.
Presuntamente, y a falta de que
se produzcan cambios a partir de las negociaciones entre la empresa y el
sindicato para cambiar el contrato colectivo de trabajo, el Artículo Noveno
transitorio dice que “la modificación de la naturaleza jurídica de Petróleos
Mexicanos, sus organismos subsidiarios y filiales, (…) así como la presente
Ley, no deberán afectar en forma alguna los derechos de sus trabajadores en
activo ni los de sus jubilados y pensionados”.
¿Qué salió mal?
Miriam Grunstein, del Centro de
Investigación y Docencia Económicas (CIDE), dice que el STPRM es un sindicato
que cobró “muchísimo poder” a lo largo de los años en aras de una tradición
asistencialista que sirvió para proteger a muchas personas.
Por lo tanto, además de liberar
de parte de sus pasivos a Pemex, lo cual era necesario para su operación, debe
hacerse una valoración profunda de lo que salió mal. “Si sigue así, no tiene
posibilidad de competir”, añade.
Otro de los problemas que ha
tenido Pemex ha sido el aumento de su burocracia. De acuerdo con el informe anual
de 2013, Pemex contaba con una planta laboral de 155,106 personas, de las
cuales 26,727 son de Pemex Corporativo, 17.2% del total. En el año 2000 eran
sólo 7,000 personas.
“Pemex Corporativo ha sido el
basurero de los desempleados de los partidos políticos”, señala Grunstein,
aunque descarta que una restructuración en esta área sea una solución efectiva,
pues “no sirve si despiden a funcionarios y directores de gerencias si se queda
el que gana más”.
La mayor parte de la planta
laboral de Pemex opera en campos, pero muchos de ellos están subutilizados o no
fueron capacitados. Ése es otro problema para la empresa y su personal. “Hay
gente muy valiosa en Pemex, pero la empresa no se encargó de capacitarla.
También existe el peligro de que se quede gente nociva”, dice Grunstein.
Pemex y el sindicato tienen un
año para mejorar las condiciones financieras de la empresa, pero aún está por
verse si será más competitiva a través de su personal.
Fuente:
http://www.forbes.com.mx/que-privilegios-no-perdio-el-sindicato-de-pemex/
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