Puente Zacatal, tragedia detrás de la realidad.
Mariano ESPINOSA RAFFUL
Siempre hay otros
Puente Zacatal, tragedia detrás de la realidad
Cuarenta y ocho horas en Ciudad del Carmen son más que suficientes, para enterarnos de casi todo lo que se teje ya no muy fino, y de lo que ni siquiera aparece como tema en el escenario político.
Al asecho quienes desean con fervor apuntarse en las listas de los tomados en cuenta para un distrito local, el segundo federal de la diputación, y si no alcanza para eso, hasta una regiduría aceptarán.
Es más que espantoso que no es parte de la travesía la irritación manifiesta de algunos actores, no políticos, que buscan afanosamente saber que hay oculto en la suspensión de la obra del nuevo puente de la Unidad.
Esa misma que tuvo que ser auxiliada por otra empresa, para la terminación del que ahora está por colapsarse, no sabemos de recursos programados, ni para reparaciones menores, menos para un mantenimiento mayor, ante lo que se observa.
Ningún trabajador a la vista, abandonada a su suerte por la empresa Tradeco, quien fue beneficiada en el sexenio calderonista, como otras tantas que no son sancionadas, menos tocadas por una demanda de incumplimiento.
Es terrible el grado de abandono en que nos encontramos ante un accidente mayúsculo, porque el miedo es humano al pasar este puente de más de 30 años de vida, más de diez de ellos entre parches y reparaciones de mano de gato.
Las velocidades son más allá de lo permitido hasta en la carretera 180, no existe ni una patrulla, ni municipal, menos estatal, y de las federales ya para que hablamos, si solo sirven para aparecer cuando menos se les espera.
Seguramente más de una tijera cortará el listón en 2015 o 2017 de la posible inauguración del puente que no se construye hoy, porque PEMEX no quiere tomar la responsabilidad de hacerlo, de liderar este proyecto.
Le saldrán en tiempos electorales muchos padrinos a la terminación de la obra, todos los colores están convocados desde ahora mismo.
1982 fue la fecha de sumar con Campeche en unidad, desde un Carmen pasivo, quizá reflexivo, pensativo, pero también bañado de incertidumbre, porque de la reforma energética se sabe poco, o hasta nada, dentro de la nombrada empresa productiva, antes paraestatal.
Una tragedia hizo que se diera la orden para construir el puente que está por colapsarse, una panga se
hundió, dejando dolor y tristeza por las pérdidas humanas, que sí las hubo, y muchas.
Porque el accidente del hundimiento de la panga que hacia el cruce de Puerto Real a Isla Aguada era de noche, y no sabían, muchos que sí sabían nadar, para donde hacerlo.
Los más a esas horas del pangazo, dormitando arriba de sus automóviles y camiones de pasajeros.
Inauguración de una obra que se acreditan muchos, pero su gestión para la realización, tuvo que ver el mismo personaje carmelita que visionó el puerto pesquero en un inicio, y que ahora es el puntal de la economía de gran parte del país.
Somos demasiado malagradecidos, no reconocemos en vida a los autores intelectuales, de proyectos que le han dado desarrollo a Campeche, están esperando que fallezca para apuntar y remarcar, era un buen hombre; suele suceder.
Hasta tuvo que ver con la construcción del mini malecón de la puntilla, que no ha requerido mantenimientos mayores, y sí el que está enfrente de la calzada, porque es negocio construir ahora con materiales de pésima calidad.
Las historias de la vida real son para contarse, para narrarse sin matices, para no alimentar tanta esperanza o egolatría.
Una tragedia es parte importante del embrujo oculto, en la suspensión total de los trabajos de la construcción del actual puente.
Por cierto ayer 24 de noviembre, cumplió el de Zacatal, del otro lado de la Isla, en conexión con el macizo continental hacia el centro del país, 20 años de su inauguración, y las luces que eran parte de su identidad, han sido apagadas por el vandalismo que se ha robado los cables.
Un puente como el de la Unidad, brazo comunicador del sureste con el centro del país, y viceversa, que sí debe importarnos.
Ya no a los empresarios, que hacen lo posible por no aparecer cuando una tragedia se oculta.
La caída en la puesta de la primera ballena, así llamada la enorme trabe que se asienta arriba de los pilotes, para luego ir construyendo encima de ellas, fue un error humano, las causas las de siempre, improvisación, falta de capacitación, y bajos salarios.
Ahora se quejan los empresarios que fueron subcontratados por la empresa Tradeco, para realizar diversos trabajos, en paralelo para la edificación del puente, de los no pagos.
Hubo quienes retiraron sus maquinarias, prefirieron no arriesgar más capital bueno, inyectándolo al malo.
El dueño de la empresa Tradeco, le han sido ministradas partidas presupuestales acordadas, sus incumplimientos es porque lo aplica, los recursos, en otras obras comprometidas en otros estados del país, y hasta en el extranjero.
Pero la mentira dura poco tiempo, porque la verdad siempre va a salir a flote; se sucede en el caso de la suspensión total, por más de cien días, de los trabajos del nuevo puente de la Unidad.
En las maniobras para la colocación de más material pesado, la contratación del personal no fue el adecuado, porque nunca se paga la experiencia, ni mucho menos se le brindan a los trabajadores de la construcción, las prestaciones de ley, porque quienes deben supervisar esto, están pensando en una diputación federal.
Es así como un operador de grúa, no logra acertar en los trabajos en una maniobra de material sumamente pesado, y lo vence el peso; lo que ocasiona un accidente más, ocultado hasta hoy por los responsables de la obra.
El accidente en cuestión de fatalidad, el trabajador falleció, se asegura que no era el primero, y no se quiso atender la recomendación de la empresa que debió hacer el reporte correspondiente, por ello la suspensión total de la obra.
Se optó por lo más fácil, recoger sus arreos y retirarse del lugar de la tragedia, además también se le adeudaba y no había visos de pago. El problema mayor es la falta de personal para una obra de esa envergadura. ¿Así o más claro?
Puente Zacatal, tragedia detrás de la realidad
Cuarenta y ocho horas en Ciudad del Carmen son más que suficientes, para enterarnos de casi todo lo que se teje ya no muy fino, y de lo que ni siquiera aparece como tema en el escenario político.
Al asecho quienes desean con fervor apuntarse en las listas de los tomados en cuenta para un distrito local, el segundo federal de la diputación, y si no alcanza para eso, hasta una regiduría aceptarán.
Es más que espantoso que no es parte de la travesía la irritación manifiesta de algunos actores, no políticos, que buscan afanosamente saber que hay oculto en la suspensión de la obra del nuevo puente de la Unidad.
Esa misma que tuvo que ser auxiliada por otra empresa, para la terminación del que ahora está por colapsarse, no sabemos de recursos programados, ni para reparaciones menores, menos para un mantenimiento mayor, ante lo que se observa.
Ningún trabajador a la vista, abandonada a su suerte por la empresa Tradeco, quien fue beneficiada en el sexenio calderonista, como otras tantas que no son sancionadas, menos tocadas por una demanda de incumplimiento.
Es terrible el grado de abandono en que nos encontramos ante un accidente mayúsculo, porque el miedo es humano al pasar este puente de más de 30 años de vida, más de diez de ellos entre parches y reparaciones de mano de gato.
Las velocidades son más allá de lo permitido hasta en la carretera 180, no existe ni una patrulla, ni municipal, menos estatal, y de las federales ya para que hablamos, si solo sirven para aparecer cuando menos se les espera.
Seguramente más de una tijera cortará el listón en 2015 o 2017 de la posible inauguración del puente que no se construye hoy, porque PEMEX no quiere tomar la responsabilidad de hacerlo, de liderar este proyecto.
Le saldrán en tiempos electorales muchos padrinos a la terminación de la obra, todos los colores están convocados desde ahora mismo.
1982 fue la fecha de sumar con Campeche en unidad, desde un Carmen pasivo, quizá reflexivo, pensativo, pero también bañado de incertidumbre, porque de la reforma energética se sabe poco, o hasta nada, dentro de la nombrada empresa productiva, antes paraestatal.
Una tragedia hizo que se diera la orden para construir el puente que está por colapsarse, una panga se
hundió, dejando dolor y tristeza por las pérdidas humanas, que sí las hubo, y muchas.
Porque el accidente del hundimiento de la panga que hacia el cruce de Puerto Real a Isla Aguada era de noche, y no sabían, muchos que sí sabían nadar, para donde hacerlo.
Los más a esas horas del pangazo, dormitando arriba de sus automóviles y camiones de pasajeros.
Inauguración de una obra que se acreditan muchos, pero su gestión para la realización, tuvo que ver el mismo personaje carmelita que visionó el puerto pesquero en un inicio, y que ahora es el puntal de la economía de gran parte del país.
Somos demasiado malagradecidos, no reconocemos en vida a los autores intelectuales, de proyectos que le han dado desarrollo a Campeche, están esperando que fallezca para apuntar y remarcar, era un buen hombre; suele suceder.
Hasta tuvo que ver con la construcción del mini malecón de la puntilla, que no ha requerido mantenimientos mayores, y sí el que está enfrente de la calzada, porque es negocio construir ahora con materiales de pésima calidad.
Las historias de la vida real son para contarse, para narrarse sin matices, para no alimentar tanta esperanza o egolatría.
Una tragedia es parte importante del embrujo oculto, en la suspensión total de los trabajos de la construcción del actual puente.
Por cierto ayer 24 de noviembre, cumplió el de Zacatal, del otro lado de la Isla, en conexión con el macizo continental hacia el centro del país, 20 años de su inauguración, y las luces que eran parte de su identidad, han sido apagadas por el vandalismo que se ha robado los cables.
Un puente como el de la Unidad, brazo comunicador del sureste con el centro del país, y viceversa, que sí debe importarnos.
Ya no a los empresarios, que hacen lo posible por no aparecer cuando una tragedia se oculta.
La caída en la puesta de la primera ballena, así llamada la enorme trabe que se asienta arriba de los pilotes, para luego ir construyendo encima de ellas, fue un error humano, las causas las de siempre, improvisación, falta de capacitación, y bajos salarios.
Ahora se quejan los empresarios que fueron subcontratados por la empresa Tradeco, para realizar diversos trabajos, en paralelo para la edificación del puente, de los no pagos.
Hubo quienes retiraron sus maquinarias, prefirieron no arriesgar más capital bueno, inyectándolo al malo.
El dueño de la empresa Tradeco, le han sido ministradas partidas presupuestales acordadas, sus incumplimientos es porque lo aplica, los recursos, en otras obras comprometidas en otros estados del país, y hasta en el extranjero.
Pero la mentira dura poco tiempo, porque la verdad siempre va a salir a flote; se sucede en el caso de la suspensión total, por más de cien días, de los trabajos del nuevo puente de la Unidad.
En las maniobras para la colocación de más material pesado, la contratación del personal no fue el adecuado, porque nunca se paga la experiencia, ni mucho menos se le brindan a los trabajadores de la construcción, las prestaciones de ley, porque quienes deben supervisar esto, están pensando en una diputación federal.
Es así como un operador de grúa, no logra acertar en los trabajos en una maniobra de material sumamente pesado, y lo vence el peso; lo que ocasiona un accidente más, ocultado hasta hoy por los responsables de la obra.
El accidente en cuestión de fatalidad, el trabajador falleció, se asegura que no era el primero, y no se quiso atender la recomendación de la empresa que debió hacer el reporte correspondiente, por ello la suspensión total de la obra.
Se optó por lo más fácil, recoger sus arreos y retirarse del lugar de la tragedia, además también se le adeudaba y no había visos de pago. El problema mayor es la falta de personal para una obra de esa envergadura. ¿Así o más claro?
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