La tragedia de la plataforma Usumacinta
por Ana
Lilia Pérez
Las muertes en altamar, las horas de pánico, la
confusión, el miedo, el último aliento: los testimonios de los trabajadores que
narran la tragedia de la plataforma Usumacinta en la Sonda de Campeche.
A 8 kilómetros de la costa, al norte de Frontera, Tabasco, aquel
mediodía del martes 23 de octubre de 2007 la Sonda de Campeche se crispó cuando
una fuga de gas sulfhídrico comenzó a invadir la plataforma Usumacinta. Dos
días atrás, la vieja plataforma había sido posicionada junto a su similar, la
tipo Sea Pony Kab-101 –propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex)–, para terminar
de perforar el pozo Kab-103.
Desde muy temprano, el cantilever de la plataforma
Usumacinta (el armazón central de la plataforma) había golpeado la parte
superior del árbol de válvulas (árbol de producción) del pozo Kab-101,
generando la fuga. Nunca sonó la alarma, pero algunos trabajadores escucharon
al personal de operación hablar del incidente y los vieron bajar al piso de
producción a cerrar las válvulas subsuperficiales de seguridad de los dos
pozos. Más tarde, el árbol de válvulas del Kab-121 presentó dos fugas de
petróleo y gases asociados, una de ellas muy abundante porque una válvula
estaba degollada.
En poco tiempo, el pozo estaba fuera de control. A
las 15:30, los superintendentes Miguel Ángel Solís Rodríguez, de Pemex, y
Guillermo Porter Rodríguez, de Perforadora Central, dieron la orden de evacuar.
A un lado de la plataforma yacían dos botes salvavidas, llamados mandarinas,
que serían refugio y transporte para el traslado a una embarcación más grande o
a los helicópteros que los llevarían a puerto seguro.
Arreciaba el frente frío 4; en las siguientes horas
el lugar se convirtió en el último infierno para los 73 trabajadores. De ellos,
sólo 51 sortearían el temporal. Las autopsias oficiales dicen que murieron
ahogados seis de Pemex, 10 de Perforadora Central, cuatro de Servicios de
Comisariato (Sercomsa), empresa filial del Grupo Protexa, y dos del Morrison
Tide, uno de los barcos que participó en las operaciones de rescate.
Las versiones de los sobrevivientes dicen que antes
de ahogarse, algunos estaban engasados, intoxicados, traumatizados. El informe
del Battelle Memorial Institute, conocido como Informe Battelle, dice que,
aunque “hay testimonios que sugieren que (además del ahogamiento) hay otras
causas que pudieron haber sido las responsables (de las muertes), nunca lo
sabremos con completa certeza”.
En la Recomendación 14/2009, la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos (CNDH) acreditó que por negligencia de Pemex murieron
los superintendentes Miguel Ángel Solís Rodríguez y Guillermo Porter Rodríguez;
el intendente, José Ramón Granillo Jiménez; los ayudantes de perforación
Leandro Manuel Hernández Pozo, José Hugo Hernández Flores, Ricardo Bustamante
Bautista, Allende Alcudia Olan, Guadalupe Frías Ovando, Carlos Arturo Gurrión
Toledo, Jorge Alfonso Barrancos Dzul y Francisco Abreu Villanueva.
Además, Martín González Mijangos, auxiliar
administrativo; el médico José Luis Sánchez Rodríguez; los motoristas Juan Luis
Martínez Palacios y Omar Gerardo Andrade Zárate; el gruero Mario Efrén Flores
Rodríguez; los cocineros María del Carmen Aguilar Sánchez y Aroer May Jiménez;
el lavandero Benito de los Santos Santos; el lavalozas Juan Felipe Figueroa
Jiménez, así como dos rescatistas del Morrison Tide. Todos oriundos del Estado
de México, Veracruz, Tamaulipas, Tabasco y Campeche.
Con el tiempo, los muertos quedaron reducidos a
cifras oficiales. Eso, explican a Contralínea los deudos, es uno de tantos
agravios a los que han sido sometidos por Pemex y las contratistas, que se
negaron a indemnizarlos. Por ello, recientemente acudieron ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en su sede en Washington
revisará las circunstancias de las muertes, relatadas por las víctimas que
viven para contarlo.
Maribel
Con más de 21 horas en medio de la tempestad, Maribel vio desfallecer
casi a todos. Al interior de la mandarina número 2, la que durante las primeras
dos horas de navegación se rompió en alta mar, dejando una estela de ahogados,
ella fue la última en ser rescatada con vida.
Como la mayoría de sus compañeros de Serconsa,
filial de Protexa, se embarcó el 12 de octubre para el cambio de turno en la
Usumacinta. Protexa suministraba alimentos y daba servicios a la plataforma. La
víspera del 23 de octubre se hallaba en la zona de dormitorios junto a su amiga
María del Carmen Aguilar Sánchez, de oficio cocinera. Quince minutos antes del
medio día, escucharon la orden de subir al helipuerto, la zona más alta de la
plataforma, porque había una fuga de gas sulfhídrico. A medida que transcurrían
los minutos, se hacía más intenso el olor a huevo podrido, peculiar del tóxico.
Las alarmas no sonaron, nadie las recuerda.
Desde las 11:41 horas, según el reporte oficial de
Control Marino, los superintendentes solicitaron la autorización para evacuar
la plataforma. Pemex la aprobó casi tres horas después. Desde el helipuerto,
llenos de pánico, los trabajadores veían los fallidos intentos de controlar la
fuga que precedió a la explosión. A las 15:30 horas les ordenaron subir a las
mandarinas. Maribel y María del Carmen abordaron la número 2. El bote derramaba
aceite abundantemente y las escotillas estaban parchadas con silicón. El agua
las reventó, en segundos comenzó a colarse a chorros.
A las 16:30 se abrió la escotilla del timonel. El
olor a gas y aceite invadió la mandarina, luego se trabó el timón, y el bote
fue volteado por una ola. A medida que el agua era más copiosa, se desvanecía
la luz al interior del armatoste de fibra de vidrio. Entre el ulular de la
tormenta se escuchaban los gritos de pánico y desesperación. Luego, todo se
volvió negro. Envuelta en el abismo, Maribel pensó que se había quedado sola,
hasta que escuchó la débil voz de Carmen: no sabía nadar, requisito básico para
trabajar en las plataformas, aunque sí tenía una libreta de mar que lo
acreditaba, expedida por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
exhibida por Protexa ante Pemex y avalada por la paraestatal.
“Yo le decía que se bajara porque ya no se
escuchaban voces, ella tenía mucho miedo, decía que se iba ahogar. Yo le
gritaba que dónde estaba, escuchaba su voz, repetía que tenía miedo, que se iba
ahogar… hasta que dejé de escucharla. Luego oí a Hugo Hernández Flores,
compañero de Pemex. Él me decía que ya no podía más, que estaba muy cansado. Estuvimos
hablando. Le pedí que luchara, que no se diera por vencido, pero él me decía
que no, que estaba muy cansado. ‘Ya no puedo más Maribel’; ‘¡Tienes que
aguantar, tienes que luchar! ¡Hugooooooo!’… Dejé de escuchar su voz.
“Después escuché que alguien tosía. Era mi amigo
Juan Felipe Figueroa, el lavalozas… ‘Maribel, ¿nos vamos a morir verdad?’, me
decía. ‘No Juan, no digas eso’. Intentaba darle ánimos. ‘No, Maribel, nos vamos
a morir, nadie va a rescatarnos’. ‘No, Juan, no digas eso. ¡Ten fe!’. ‘Maribel,
mi chaleco, ¡es que no lo traigo! ¡Lo traigo amarrado en el brazo!’. Le decía
que tratara de ver otro chaleco, porque ya se sentía la gente muerta en el
bote. Su voz era débil, estaba muy cansado. Le roncaba mucho el pecho. Yo le
seguí hablando hasta que el agua nos cubrió.
“El agua entraba y salía. ‘¿Juan? ¡Aguanta Juan!…
¡Aguanta!’. Mis gritos fueron en vano. Grité hasta cansarme. Mi amigo Juan ya
no pudo más: estaba muy cansado. Después supe que padecía asma. Y entonces me
quedé sola; estaba sola con los muertos. Pasé allí 16 horas y media. Estuve
luchando por ratos. Lloraba. Nunca dejé de rezar. No quería morirme. Luchaba,
porque a cada momento entraba el agua y cada que entraba sentía que me iba
ahogar. Así estuve hasta que me rescataron el miércoles a las 6:30 horas.
Tuvieron que abrir un boquete para que pudiera salir. Me rescataron por una
breña que se llama San Pedro (Barra de San Pedro en el municipio de Centla,
Tabasco). Caminamos hasta un helicóptero de Pemex que me trasladó a las 8:30
horas”.
El reporte oficial indica que Maribel Bolaños fue
la última persona rescatada de la mandarina número 2, la cual quedó totalmente
destrozada. A las 8:16 horas del 24, fue transportada por el helicóptero con
matrícula XA-UAC a Ciudad del Carmen. Sus compañeros y amigos, María del
Carmen, Aguilar, Hugo Hernández y Juan Figueroa, fueron encontrados muertos
junto con otras 11 personas.
Christian
“El día del accidente me tocó subir con los primeros a la mandarina 1.
Al tomar nuestros equipos salvavidas, estaban encadenados y amarrados, nos
costó trabajo usarlos. Cuando hacíamos los simulacros, nada más llegábamos al
punto de evacuación total de la plataforma, pero en ningún momento se entraba a
la mandarina. En el accidente no sonaron las alarmas. Cuando esperábamos para
salir al helipuerto, los aires estaban muy fuertes. Estaban viendo si podían
comunicarse a tierra con la gente de Pemex para controlar la fuga. En poco
tiempo ya era penetrante el olor a gas, fue cuando de Perforadora Central
dieron la orden de evacuar el helipuerto.
“Ese día se mandó llamar un barco que nos iba a
rescatar, pero por cuestión del oleaje no se pudo acercar, entonces iba a estar
en la periferia de la plataforma, porque si nosotros bajábamos a las
mandarinas, allí ellos nos iba a rescatar.
“Por fuera, las mandarinas se ven bien. Tienen que
servirte para evacuar la plataforma y llegar a un punto seguro para ser
rescatado, pero en este caso no cumplió su cometido ya que a una hora de estar
allí el oleaje nos viró y no sólo entró agua, sino que la misma ola rompió la
parte de arriba; el que la venía maniobrando perdió una oreja.
“En ocho meses de trabajar con Serconsa, era mi
cuarta subida a esa plataforma. Yo ya había estado en otra plataforma, una de
gringos, allí sí tienen sistema de seguridad, es más, hasta la vestimenta para
salir a los simulacros se tiene que cumplir tal y como es, porque si no te
regañan. Quizá por esa disciplina yo aprendí muchas cosas del uso de los
equipos.
“Mi trabajo es administrativo; el día 23 subí
porque tenía que entregar una documentación. A las 9:00 horas escuché a los
superintendentes comentar que tenían que volver a llamar a los barcos
remolcadores porque la plataforma había quedado mal posicionada. Por ende,
desde que se hizo la maniobra para ubicar a la plataforma, había quedado mal.
Por personal de Pemex yo sabía que ese pozo ya estaba perforado, nada más era
quitarle tres tapones. Personal de contraincendio me había comentado que en ese
pozo existía un alto índice de gas sulfhídrico, que la maniobra tendía a ser
peligrosa”.
* ¿Hicieron algo para prevenirlo?
* No, lo único fue que días antes de que se
estuviera moviendo la plataforma del pozo empezaron a bajar a gente de la misma
plataforma, porque en la navegación no puede haber tanta gente a bordo; precisamente
antes de que se suscite cualquier tipo de accidente. De hecho, la movilización
de la plataforma se pretendía antes del lunes, ya que se sabía de antemano que
el lunes en la noche entraba el frente frío.
* ¿Sabían que vendría el tiempo frío y aun así los
trasladaron?
* Así es. Un día o dos días antes nosotros llegamos
al nuevo pozo. La Capitanía de Puerto dio el permiso para tres barcos que
fueron los que remolcaron la plataforma, uno de Oceanografía, otros dos no
recuerdo de qué compañía eran.
El parte oficial indica que, en los primeros 30
minutos de navegación, el agua comenzó a inundar la mandarina 1. Los
conductores trataron de acercarla al barco Morrison Tide para que los
rescatara. Cuando estaban a menos de 50 metros, desde el barco les lanzaron un
mecate, pero se reventó y el bergantín golpeó la mandarina. Cuando el agua les
llegaba a las rodillas, en desbandada, la tripulación buscó la forma de salir.
Domingo Corona Moreno, de Perforadora Central, fue
el primero en ser rescatado: aproximadamente a las 14:00 horas lo subieron al
barco, pero uno de los tripulantes se lesionó en cubierta y otro murió al poco
tiempo. Otros dos fueron lanzados al mar por el oleaje, uno murió y el otro fue
rescatado más tarde por el buque Isla del Toro.
Christian Felipe Jesús Priego no fue rescatado sino
hasta las 8:04 horas del día siguiente, junto con el trabajador de Pemex
Fernando Cervera Ramírez, con quien alcanzó la playa. Los traslado el
helicóptero con matrícula XA-GFT.
Óscar
Cuando las manecillas del reloj marcaban las 11:30 horas, Óscar, capitán
de meseros de la Usumacinta, escuchó la voz del superintendente Guillermo
Porter que advertía al par de Pemex que había una fuga de gas. Así que, al
igual que sus compañeros, corrió por su chaleco. Dice que por la puerta de
acceso les impedían salir, así que la empujaron para apostarse en el
helipuerto.
“Estaban llamando al barco Morrison que
supuestamente nos iba a rescatar, pero pasó una ola muy fuerte y dobló la
escalera por donde íbamos a bajar. ¡La dobló como si fuera un palo! El barco
nunca se acercó. Fui de los primeros en entrar al bote número 2. Cuando se
volteó, quedé prensado entre el motor y la parte de arriba del bote. Los
cadáveres me aplastaban y no me dejaban salir. Tragué agua, muchísima agua con
aceite.
“Yo también me había rendido. Hasta aquí llegué,
dije. Y no sé, de pronto sentí que algo voló para arriba y me abrió un espacio
en la cabeza. Saqué el cuello y comencé a respirar. Hice un gran esfuerzo para
sumergirme para poder salir. Cuando estábamos arriba, éramos alrededor de 21
personas arriba del bote y la marea era tan fuerte que cada oleaje nos aventaba
de dos o tres personas y se los llevaba así. Yo bajé del bote hasta las 4:00
horas. Llegamos a la barra de San Pedro, nada más 11 personas”.
El 24 de octubre Óscar de la Cruz Valencia fue
trasladado en el helicóptero XA-UAE junto con Alfredo de la Cruz Ruiz, Hugo
Malerva del Ángel, Fredy de la Cruz Arévalo, Héctor Francisco Reyes Tapia,
Nicolás Alvarado y Leopoldo César García.
Jesús
“¡Fuga de gaaaas! ¡Fuga de gas sulfhídrico!”, escuchó Jesús mientras
yacía en la sala de televisión. Como recamarero y pasillero, su función era
despertar a la gente del turno nocturno que a esa hora dormía en el segundo y
tercer nivel. Salió hasta que todos ya estaban en el helipuerto. Cuando la ola
viró la mandarina 2, a nado buscó una salida.
“Allí abajo todo estaba oscuro. Hasta que me pude
levantar y vi la luz del día. Ya había tragado mucha agua. Lo único que hice
fue flotar. Me fui despegando de todos. ¡Estuve más de 15 horas navegando solo!
Salí hasta por Frontera, Tabasco. Nunca luché contra el mar, el mar me sacó.
Como a las 6:00 horas, estaba en Frontera. El frío me mataba. Caminé hacia unos
arbustos a esconderme del frío. El aire del temporal me estaba matando. Me
dormí un rato. Como a las 9:00 horas escuché los helicópteros. Salí y pedí
auxilio. Me llevaron al hospital de Pemex. Eso es lo único que puedo explicar”.
El informe oficial dice que entre las 11:00 y 12:00
horas del 24 de octubre, el helicóptero AMHT-218 de la Armada de México rescató
en Frontera a los sobrevivientes Jesús Manuel García Paxtian y Eder Ortega
Flores. En esa misma playa recuperó tres cadáveres. Estaban a 30 millas
náuticas al oeste de Ciudad del Carmen.
Jorge
“Yo estaba de turno en el área de cocina. En la contingencia, todo a la
mera hora falló. No suenan las alarmas, no suena nada en la plataforma, y uno
se desespera porque no encuentra nada que hacer más que ir al punto de reunión.
Una mala acción de seguridad allí en la plataforma: tanto Pemex o Central no
tenían la seguridad en esa plataforma como debía de ser. Era mi segunda subida.
Tenía dos años con Protexa. Nunca pensé que me pasaría esto, pero gracias a
Dios estoy vivo para contarlo”.
El reporte oficial indica que Jorge Francisco
Montiel era una de las 12 personas a las que el mar arrastró encima de la
mandarina 2 hasta la costa de Centla. En el helicóptero XA-UCF, uno de los que
ASESA arrienda a Pemex, fue trasladado a Ciudad del Carmen.
Hugo
“A mí me tocaba trabajar de noche, así que a esa hora estaba durmiendo.
Subimos al helipuerto, allí estuvimos unas tres horas. Cuando subimos a las
mandarinas, noté una falla porque me tocó ir de pie en la escotilla delantera,
tenía mica y estaba pegada con silicón; estaba parchada. Esas escotillas al
momento de dar vuelta se abrieron todas y se llenó de agua.
“Fui uno de los primeros que se salió, porque como
iba de pie en la escotilla, a tientas empecé a tocar y me escurrí por un hueco
que encontré. Cuando salí quedé muy lejos de la mandarina. Atrás apareció un
compañero de Pemex. Ya al rato lo vi encima del bote. Empezamos a nadar. Poco a
poco empezaron a salir los demás. Yo no me había dado cuenta, pero estaba todo
golpeado y me estaba desangrando.
“Para nosotros nunca llegó el rescate. Los
helicópteros nos localizaron cerca de la una de la mañana, pero no hicieron
nada por nosotros, nada más nos fueron vigilando hasta que llegamos a la
orilla. Caminamos entre un manglar hasta donde estaba otro helicóptero. Nos
llevaron al hospital de Pemex y allí nos tuvieron una hora: me suturaron la
herida, me sacaron una radiografía de cráneo y ya. Luego nos llevaron al Seguro
Social. Nos tuvieron cuatro horas, nos pusieron un suero y ya, nos echaron para
afuera, aunque llegamos todos con la vista mal. No podíamos ni ver. Estábamos
en malas condiciones y así nos aventaron para afuera”.
Los informes médicos indican que la mayoría de los
náufragos presentaba conjuntivitis química, tenían una espesa secreción
verdosa; algunos presentaban contusiones oculares y la mayoría fotofobia, lo
que les impedía la visibilidad.
Hugo concluye su relato: “La compañía nos llevó a
un hotel y a los dos días nos mandaron a cada quien para su casa, a mi nada más
me dieron medicamento para la gripa y tos, y fue todo. De allí, atención por el
Seguro ya no recibí”.
Inocente
“Trabajaba en el turno de la noche, así que a la hora del accidente
estaba durmiendo. Doña Carmen entró a despertarme y me dijo que estaba la
emergencia. Me puse mi chaleco y fui al helipuerto. Cuando la mandarina se
volteó, yo logré salir por una escotilla. Permanecí allí como una hora hasta
que una ola como de 10 metros me sacó. Me quedé a la deriva como siete horas;
luego me rescató la Marina. Me tuvieron hasta la una de la mañana, luego me
llevaron al helipuerto de Ciudad del Carmen, luego al hospital de la Marina y
me tuvieron casi dos días”.
El informe oficial indica que a las 00:27 horas del
24 de octubre, el helicóptero SEMAR PM-151 rescató a Inocente Alejandro
Castillo. Dieciocho minutos después, la aeronave trataba de rescatar a otro
sobreviviente, pero se les cayó al mar y cuando trataron de regresar a buscarlo
no lo encontraron; a las 15:26 horas reportaron que encontraron un cadáver al
Este de Ciudad del Carmen.
Eleazar
“Trabajé de noche, así que a esa hora estaba descansando, aunque no pude
dormir porque ya lo presentía. Escuchaba a la gente que corría por la escalera.
El aire estaba muy fuerte. Nadie quería salir, yo tampoco, pero hay unos que
son muy valientes, no querían morir allí y salieron. Cuando salí, lo primero
que hice fue buscar el tanque que tuviera más oxígeno porque algunos no estaban
bien cargados: me lo coloqué y luego le ayudé a mis compañeros que no sabían
cómo.
“Veía a la gente muy nerviosa. Unos gritaban. Otros
se desmayaban. Sentí mucho miedo al meterme a la mandarina porque sé que hay
muchos que se han muerto. Yo esperaba lo peor. Empecé a vomitar. Ya no podía,
ya no quería estar allí. Me sentía muy débil. Agaché la cabeza y traté de
contener el vómito. Ya teníamos mucho tiempo navegando, cuando de pronto entró
el agua. Yo sentí una ola y no me dio tiempo ni de respirar. Me aventó el agua;
me golpeé. Traté de salir pero no encontraba la salida. No tenía aire y no
podía respirar. Me puse a nadar pero no sabía para dónde.
“Me di por muerto. Me vencí, pero de pronto miré
algo claro: era la escotilla y lo único que hice fue acercarme. El chaleco me
sacó a flote. Estuve durante 14 horas encima de la mandarina hasta que las olas
nos sacaron a la playa. Estuvimos esperando un rescate que nunca llegó. Cuando
llegó un helicóptero, ayudamos a subir a los que estaban más heridos. A las
cinco de la mañana regresó el helicóptero por nosotros. Nos llevaron al
hospital de Pemex, nos tuvieron una hora y nos enviaron al Seguro. Allí nos
tardaron mucho para sólo ponernos un suero”.
Erick
“Yo soy buzo. Trabajé primero para Pemex, luego para Protexa. Esa fuga
fue letal porque el gas es venenoso. Al detectar el gas, la primera reacción es
que arde la nariz, la segunda es el mareo y la tercera es que uno pierde el
conocimiento o incluso muere. Yo he pasado por varias contingencias, pero nunca
como esa: en la Usumacinta no hubo coordinación por parte de Pemex. Ignoro lo
que pasó; por qué se quebraron las mandarinas; por qué hubo tantas cosas, e
incluso, muchas anomalías.
“Lo que pasó es parte de las anomalías que ocurren
a bordo. Sólo es cuestión de que uno suba a bordo y se dé cuenta. Claro que
cuando sube personal de inspección, peritos y todo eso, en las auditorías ponen
todo como si no pasara nada, para proteger a Pemex. Se lo digo en nombre de
Dios: les ofrecen una buena comida, incluso hasta sus tragos para que no digan
nada, y que aquí se quede”.
Y después del naufragio…
Traumatizados, deshidratados, con altos grados de hipotermia,
contusiones, conjuntivitis, esofagitis y excoriaciones dermoepidérmicas,
algunos en estado “muy alto” de tensión emocional, otros en shock, así llegaron
los 68 heridos a los hospitales de Ciudad del Carmen y Comalcalco, 53 náufragos
y 15 rescatistas.
En la Sonda de Campeche, la mayoría de los
trabajadores son contratados mediante triangulaciones, es decir, pactan con una
empresa, otra les paga y desarrollan el trabajo operativo bajo las órdenes de
una más. Sin representación sindical o afiliados a sindicatos de protección,
los empleados “de compañía” siempre tienen las de perder. Los sobrevivientes de
la Usumacinta no fueron la excepción: la categoría de los trabajadores se vio
reflejada en la atención médica discriminatoria aun en esa situación de
emergencia.
Mientras que los empleados de Pemex recibieron
atención en los hospitales de la petrolera, se les abrió un expediente clínico,
se les tuvo bajo observación y se les dieron incapacidades recomendándose
actividades lúdicas y de recreación, terapias psicológicas y un adecuado
proceso de acompañamiento; en contraste, a “los de compañía” los tuvieron unas
horas en el hospital en tanto les curaban las heridas. Después el patrón los
hacinó 48 horas en un hotel de segunda y allí dentro, lejos de la prensa, les
dio la orden de que ‘como pudieran’ se regresaran a sus casas, que al fin el
contrato se daba por terminado. A solas, aguantaron los malos tratos,
soportaron su miedo y reprimieron el estrés postraumático que los sicólogos
diagnosticaron en todos los náufragos.
Ganancias millonarias por una
cobija
Guillermo Porter Rodríguez era uno de los superintendentes más
experimentados de la industria petrolera mexicana, no en vano trabajó en ella
52 años de su vida, 35 con Pemex y 17 con Perforadora Central. Al morir, la
compañía que representa Patricio Álvarez Murphy se negó a indemnizar a su
viuda, Virginia Castellanos, arguyendo que no era trabajador, sino “prestador
de servicios”, así que “no tenía derechos”.
El día del accidente, como buen capitán, envió a su
tripulación a que evacuara del artefacto marítimo, para luego hacer lo propio.
Murió ahogado al interior de la mandarina 2. El informe oficial indica que a
las 10:18 del 24 de octubre, el helicóptero AMHP-150 de la Armada de México
encontró su cadáver junto con los de Leandro Manuel Hernández Pozo, Juan Felipe
Figueroa y Miguel Ángel Solís Rodríguez; se llevó los de Leandro y Juan Felipe.
Más tarde, el helicóptero AMHT-218 regresó por su cuerpo y el de Miguel Ángel.
Laura Porter dice que los directivos de Perforadora
Central “nunca nos dieron la cara”. No hubo condolencias, esquelas, ni una sola
misiva. Echados por borda los años que Porter se entregó a la empresa de
domingo a lunes, disponible las 24 horas del día, aun en tierra, atento a
resolver cualquier eventualidad en las plataformas de Perforadora Central. “Les
dedicó su experiencia, les dio a ganar millones de dólares, y en pago nos
entregaron su cuerpo envuelto en un viejo cobertor”.
El caso de Porter es un ejemplo de lo que ocurrió
con la mayoría de las víctimas. Para sortear el escrutinio público, la
dirección de Pemex aseguró que todos habían sido indemnizados, y que su equipo
jurídico –encabezado por Néstor García Reza– asesoraba a los deudos. La
contraparte desmiente la versión, incluso demandaron a la paraestatal y a sus
respectivas compañías ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje por la
negativa a indemnizarlos.
Los deudos presentaron una segunda demanda ante la
Corte de Distrito del estado de Texas, caso 9:08-cv-00200-TH, que se ventila
actualmente en Estados Unidos en contra de Petróleos Mexicanos y los corporativos
Gulf Coast Marine& Associates, Inc, Schlumberger Limited, Vetco Gray Inc,
Halliburton Company, Glen Carter, Baker Hughes, todos ellos, involucrados en el
suministro de equipo de infraestructura o seguridad de la Usumacinta; además
del Battelle Memorial Institute, por emitir el estudio –pagado por Pemex– en el
que culpa de las muertes a los mismos trabajadores.
Exhiben abusos en Pemex ante la
CIDH
Ante la negativa del gobierno federal de responsabilizarse del colapso
de la plataforma Usumacinta, y el rechazo de Pemex a la Recomendación 014/2009,
en la que la CNDH acreditó que los directivos “toleraron que la plataforma
Usumacinta funcionara en condiciones que no garantizaban cabalmente la
integridad física y la vida de los trabajadores”, la CIDH juzgaría la
responsabilidad del Estado mexicano, que representa Felipe Calderón, en las 22
muertes del desastre identificado como el más grave ocurrido en la industria
del gas y del petróleo en las últimas décadas.
El pasado 6 de octubre, la oficina sede de la CIDH,
en Washington, recibió el legajo de informes, estudios, testimonios y
denuncias, que documentan una historia de negligencias, omisiones, corrupción.
El clamor de 22 almas, en la inmensidad de los 90 mil kilómetros de mar
profundo de la Sonda de Campeche, no tuvo respuesta. Cantarell les cobró caro
la explotación irracional que las contratistas de Pemex hacen del oro negro en
el segundo yacimiento petrolero más importante del mundo.
En su petición de intervención al organismo
internacional, los peticionarios –los deudos, algunas víctimas, cinco diputados
federales y diversas organizaciones del sector náutico– denuncian que a dos
años del siniestro la PGR no ha fincado responsabilidades en la indagatoria
penal AP/PGR/CAMP/CARM-II/142/2007, y que ni siquiera les ha dado acceso al
expediente. Como tampoco le dio acceso a la CNDH, denunció el ombudsman
nacional, José Luis Soberanes, incluso, el secretismo sobre el asunto le valió
que la CNDH incluyera a la PGR en su recomendación.
Amén de repulsar su responsabilidad, los directivos
de Pemex ni siquiera rescindieron el contrato a Perforadora Central, por el
contrario, le recontrataron otras de sus plataformas que, según las
supervisiones internas de Pemex Exploración y Producción, están en evidentes
condiciones de deterioro (Contralínea 111). Por todo ello, los deudos acudieron
a instancias internacionales.
Ante la CIDH se denuncia que en la industria
petrolera mexicana impera “la contratación de personal inexperto, el limitado
rigor en torno a las medidas de higiene y seguridad, la falta de garantías
jurídicas para los empleados”. Además de los sueldos bajos, la falta de
servicios de seguridad social, “ocasionando no sólo baja productividad, sino
riesgos innecesarios e incluso lesiones y la muerte de empleados”. Se argumenta
que “esta situación es un reflejo de la equivocada política empleada por Pemex
para exigir y vigilar que se cumplan los ordenamientos nacionales e
internacionales en materia de derechos humanos”.
Se señala como corresponsables a las secretarías
del Trabajo y Previsión Social, que encabeza Javier Lozano, y de Comunicaciones
y Transportes, al frente de Juan Francisco Molinar Horcasitas, quienes “han
permitió que las empresas subcontratadas por Pemex incumplan los términos de
los contratos y transgredan la legislación nacional e internacional”.
Se acusa al Estado de violar los derechos a la
vida, a la legalidad, a la seguridad jurídica y a la integridad física de los
trabajadores de la Sonda de Campeche, así como de incumplir las normas y
reglamentos de seguridad que se requieren para laborar en las plataformas
petroleras; de la deficiente capacitación y equipo proporcionado a los
empleados en las instalaciones marinas de Pemex, y de no contar con
embarcaciones de salvamento en las cercanías de las plataformas oceánicas.
La situación a la que se sometió a los trabajadores
en la Usumacinta –argumenta la denuncia– violó también los convenios ratificados
por el Estado mexicano ante la Organización Internacional del Trabajo y las
Normas de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas para
Empresas, que enuncia las obligaciones fundamentales mínimas para las empresas
en la esfera de los derechos humanos, y sus responsabilidades como órganos de
la sociedad. Refiere que en octubre de 2007, cuando colapsó la plataforma,
había más de 5 mil demandas de trabajadores de la Sonda en contra de Pemex y
sus contratistas (incluidas Perforadora Central y Protexa), por violar sus
derechos laborales e irregularidades diversas.
La intensión, explica el exlegislador Cuauhtémoc
Velasco Oliva, uno de los promovió la querella ante la CIDH, será llevar el
asunto hasta la Corte Interamericana donde el tribunal internacional
enjuiciaría al Estado, ya que “las condiciones de inseguridad que provocaron el
accidente persisten y podría ocurrir otra tragedia en cualquier momento. Está
en riesgo la vida de 13 mil trabajadores y el patrimonio nacional”.
Al respecto, se solicitó al director de Pemex, Juan
José Suárez Coppel, su posición sobre el asunto, y también a la empresa
Perforadora Central. Hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
Casualmente, la misma semana en que legisladores federales anunciaron que los
deudos solicitaron a la CIDH su intervención en el caso, Pemex ordenó
desmantelar los restos de la Usumacinta en la Sonda de Campeche. (ALP)
Hora Acontecimientos
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Reportan buen tiempo: olas de 2 a 3 pies
Cierra puerto de Ciudad del Carmen
03:51
Los barcos reportan incremento en los vientos
04:51
Altura de olas de 4-5 pies, viento de 90 nudos
05:30
Cierran el puerto de Dos Bocas
5:33
Olas 4-5 pies
07:08
Vientos de 16 nudos al oeste; olas, 3-4 pies
07:50
Olas de 8-10 metros
11:35
Se declara fuga en plataforma Usumacinta
11:41
Se solicita evacuación de la plataforma Usumacinta
11:49
Se reitera que la plataforma golpea un pozo de
producción
11:54
Cierre de pozo en plataforma
13:00
Se solicita cortina de agua a Usumacinta (por
fuego)
15:18
Manda Control Marino al Far Scotia a la Usumacinta
para brindar apoyo
15:21
Le piden al Morrison que se acerque a la Usumacinta
para evacuación
15:23
Nueva emergencia en la Usumacinta
15:41
Morrison Tide dice que debido al mal tiempo tocan
fondo en ocasiones y no puede llegar al punto del rescate
15:41
Le preguntan al Morrison Tide si puede recoger los
botes
15:43
Le confirman al Morrison que vaya por estribor para
que lo vean desde la plataforma
15:57
Morrison Tide ve dos botes e informa que están
rescatando a una persona
15:58
Dice el Morrison Tide que va por una segunda
persona y no sabe cuántas hay
15: 59
El Morrison Tide dice que va a rescatar al más
limpio de los botes
16:12
Declara Morrison Tide que hay dos hombres al agua
de su tripulación y que todos los de la mandarina 1 están en el agua
16:19
El Morrison Tide le dice a alguien de la mandarina
1 que regresen dentro del bote porque se está complicando el rescate y ya hay
dos marinos en el agua con ellos
16:27
Hatch Tide dice que no se puede mover hacia la
Usumacinta
16:41
Dicen que había 45 en la mandarina 1, rescataron
uno y sobran 44
16:44
Se envía al Ang Tide a apoyar al Morrison Tide
16:52
Dice el Ang Tide que hay olas de 6 u 8 metros y
está esperando para poder dar la vuelta
16:52
Informa el Morrison Tide que hay 82 personas en el
agua, ya naufragó el segundo bote
16:54
Interroga Control marino al Morrison sobre cuántas
gentes hay en el agua y el Morrison le comenta que no lo sabe
16:56
Le informan al Morrison Tide que está saliendo un
helicóptero de rescate de la Armada hacia donde están
17:11
Informa el Fra Scotia que está a 5 millas del
Morrison
17:27
Dice el Morrison Tide que la mandarina 1 pantoqueo
(volteó) al abrir y que el bote sucio anda por ahí
17:35
Dice el Morrison que hay gente fuera de la
mandarina 2
17:45
Le dice Control Marino al Morrison que haga que se
metan a la mandarina, y le dice que remolquen la mandarina para donde está la
gente dispersa
17:54
El Morrison le dice al Far Scotia que hay dos
gentes por la popa de Morrison y que tenga cuidado al acercarse
18:03
El Far Scotia vislumbra a 12 o 15 gentes y se
apresta al rescate
18:08
Le dicen al Far Scotia que en 45 minutos llega un
vuelo a donde están
18:20
El Morrison Tide informa que rescató a cuatro
gentes
18:48
Far Scotia declara que hay una persona flotando ya
ahogada
18:50
El Morrison Tide dice que rescató a seis personas
18:51
Far Scotia dice que ha rescatado a seis personas
18:52
Rescatados Pastor García Ocaña, Manuel Domínguez
Pérez, Gabriel González Toral, Domingo Corona Moreno, Guadalupe Momenthey Cruz,
Roberto Vázquez García
19:11
Le informan al Morrison que el helicóptero está
ubicando a otro grupo de náufragos un poco delante de donde está el Morrison
Tide
19:16
Se incorpora Isla del Toro a la operación de
rescate
19:21
Morrison rescata a Gilberto Antonio Aguirre, grueso
19:46
El Morrison Tide dice que dejó a la mandarina a la
deriva con una persona
19:47
El Morrison dice que una mandarina con 44 personas
todavía está a la deriva
19:54
El Far Scotia pide ir a aguas más profundas porque
no tiene agua suficiente
20:01
Rescatados por el Fra Scotia: Sergio Solís Fuentes,
José Francisco Trejo, Miguel Cobo Salas y Julio César Broca
20:22
Le indican al Sagitario que sólo asegure las
mandarinas y las ponga a su costado amarradas
20:36
Isla del Toro dice que rescató un cadáver y tiene
otro en la popa y que va a dar prioridad a los que está vivos
20:41
El Morrison Tide dice que tiene un marino con las
piernas rotas, las costillas y sangrando
20:42
Control Marino le dice al Morrison que si ve
adecuado que el helicóptero de la Marina –matricula PM151- por medio de una
camilla se lleve al herido, a lo que el Morrison responde que sería lo más
adecuado
20:46
Ven náufragos desde las plataformas Sonora y Holkan
20:58
Desde la plataforma Tennesse ven dos sobrevivientes
20:59
Far Scotia tiene otros seis rescatados
21:04
La plataforma Tennesse informa que está perdiendo
de vista a los sobrevivientes
21:17
Morrison declara que tiene siete recuperados y un
herido. Se dirige al puerto de Dos bocas, pide una ambulancia para el herido,
informa que lleva un muerto: Ricardo Delgadillo
21:17
Isla del Toro dice que tiene un cadáver y uno vivo
21:30
Morrison Tide informa que tiene un oficial perdido,
uno fallecido y un herido
21:42
Far Scotia informa que rescató a siete personas:
Sergio Córdova Tejeiro, Julio Esquivel Juárez, Allende Alpudia Sánchez, de
Perforadora Central; Carlos Martínez Reyes, Jorge Arturo Jiménez Rangel, Luis
Medina Tolentino y Martín Zúñiga Salazar, de Pemex. Más cuatro reportadas
anteriormente, suman 11, todas vivas
22:05
Informa Isla del Toro que rescató al oficial del
Morrison Tide, Jorge Méndez
22:09
El Sagitario rescata a siete personas vivas: Leonel
Fernández, Jorge Guzmán, Pedro Zapata, Gloria Laura Ramírez, Sergio Rosado,
Aldo Antonio Solís y Juan Gabriel Rodríguez. Informa que dos cadáveres están
cercanos y que los rescatará
22:18
Isla del Toro tiene cuatro vivos: Oscar Romero,
Francisco cámara, Jorge Méndez y Eudacio Jácome. Rescata también un cadáver.
22:40
Sagitario rescata otro cadáver
22:54
Isla del Toro rescata a Pedro Cobos, empleado de
Pemex
22:57
Sagitario rescata a otra persona viva: Rafael Díaz
Martínez, supervisor de contratos.
Fuente:
http://www.voltairenet.org/article162749.html
A 8 kilómetros de la costa, al norte de Frontera, Tabasco, aquel mediodía del martes 23 de octubre de 2007 la Sonda de Campeche se crispó cuando una fuga de gas sulfhídrico comenzó a invadir la plataforma Usumacinta. Dos días atrás, la vieja plataforma había sido posicionada junto a su similar, la tipo Sea Pony Kab-101 –propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex)–, para terminar de perforar el pozo Kab-103.
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